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Trabajo docente de Laura Rodig en Magallanes

Laura Rodig (sentada) junto al resto de integrantes del cuerpo docente del Liceo de Niñas Punta Arenas. Álbum del Territorio de Magallanes. Carlos Foresti. 1920. Colección Museo Regional de Magallanes.


A los trece años conoce a Gabriela Mistral y cuatro años más tarde, en 1917, la invita a trabajar como profesora de Artes en el Liceo de Niñas de Punta Arenas, en donde la entonces poeta había sido designada como Directora.

En esta ciudad, Laura comienza a materializar lo aprendido en la Escuela de Bellas Artes. A través del ejercicio de la docencia en el liceo y en la Sociedad de Instrucción Popular, en este último, dictando conferencias de Arte a obreras de la zona.

En 1919, realiza su primera conferencia en el local de Avenida Colón. En aquella oportunidad fue destacada por la Revista Mireya como: 

"Hermosa conferencia. En una de estas últimas noches la talentosa escultora, señorita Laura Rodig, dio, en el local de la escuela nocturna, una conferencia notable sobre la vida y la labor de dos genios de la escultura moderna; Rodin y Mestrovic. Con frase sencilla, la señorita Rodig, nos demostró como estos dos escultores, pudieron llegar hasta la cúspide de la gloria, legando a la posteridad concepciones jigantescas, trasladadas al mármol, imperecederas a la acción de la crítica y del tiempo. La señorita Rodig, fue muy aplaudida por la numerosa concurrencia, que se deleitó con tan valiosa e interesante disertación” (Revista Nº 4. Agosto 1919).

Desde esos lejanos años la figura de la escultora resaltó en la comunidad magallánica, que la respetaba como una incipiente artista. Sus escasos 18 años no quitaban mérito a una joven que poseía la enorme responsabilidad de ser profesora e inspectora de uno de los Liceos más importantes de la zona, y el primero en ser destinado a la formación exclusiva de las niñas y jóvenes en toda la provincia.

Nunca dejó de lado la enseñanza y durante grandes pasajes de su vida regresó a Magallanes, en 1926, 1939 y 1947 siendo siempre recibida por las amigas y colegas que la habían acogido en ese primer viaje entre 1918 y 1920. Era una mujer reconocida por la comunidad, y de hecho volvió a hacer clases a establecimientos públicos, en el Colegio Superior de Niñas N°2 donde plasmó una serie de obras que hermosearon el lugar. 

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