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Vejámenes a pueblos originarios de Tierra del Fuego registrados en sumario de 1895

Solapas secundarias

Impacto de cercados y propiedad privada en los indígenas de Tierra del Fuego


La Sociedad Explotadora de Tierra del Fuego fundó en 1894 las Estancias Caleta Josefina y San Sebastián, con las que se inició la ocupación de este territorio y la expulsión de los indígenas para liberar grandes áreas destinadas a la crianza de ovejas.

Se consagró así un "sistema de latifundio como forma de tenencia agraria" (Martinic, 2011:7, 12), proceso que se reforzó con las prácticas estatales de apoyo a los colonizadores, y los vacíos legales de este período.

Las compañías ganaderas de Tierra del Fuego presionaron al Estado para acumular aún más riquezas:

"Si no se arbitra ese medio [la extracción de los indígenas de su suelo natal], cuente el Gobierno de Chile con que en un año o dos la Tierra del Fuego volverá a ser tan salvaje como antes de que estableciéramos en ella nuestras estancias e industriales laboriosos como creemos haber sido, serán arruinados en la pérdida de injentes capitales que tienen invertidos y esto redundará en notable atraso de esta próspera región (sic)…" (En Martinic, 2006).

Prácticas territoriales selk´nam

No existe claridad sobre los pueblos originarios presentes en el sumario de 1895, pues se hace alusión a un conjunto amplio e impreciso de personas que habitaron el territorio antes de la llegada de los extranjeros.

Existe un consenso en que el traslado y remate de habitantes originarios de la Patagonia afectó a los

selk´nam
, que se divieron históricamente en 2 grupos de Tierra del Fuego:

  • Norte del río grande: estepas septentrionales de la isla, entre Río Grande y Estrecho de Magallanes.
  • Los meridionales: hacían su vida nómade deambulando por la región del bosque y las montañas (Verdad histórica y nuevo trato, 2008; Bridges, 1952; Martinic, 1992).

Se organizaron en pequeños grupos familiares distribuidos en territorios delimitados para la caza, recolección y subsistencia. Cada uno poseía un espacio llamado haruwen, cuyo respeto era básico para la convivencia entre clanes, y su transgresión producía enfrentamientos.

El carácter mítico de esta división significó en la práctica el dominio perpetuo de cada clan, con propiedad sobre los recursos. Con el apoyo de fueguinos, la antropóloga Anne Chapman identificó 69 genealogías. Cada una "correspondía a un linaje que en el período anterior a la llegada del hombre blanco, habitaba uno de los ochenta y dos territorios en los que era dividida la Isla Grande. De esos haruwen, setenta y nueve eran selk´nam." (Verdad histórica y nuevo trato, 2008).

Régimen de cercado de ganadería ovina

Estos extensos terrenos dedicados a la ganadería se cercaron para proteger el perímetro de hurtos y agrupar a los animales de crianza. La mayor parte del tiempo, las ovejas deambulaban por estos campos delimitados y sólo en determinadas épocas se acorralaban para su esquila y castración (Moritz Braun, Sumario, 1895: fj. 168-174).

La actividad ocupó tierras ancestrales de los indígenas fueguinos y causó su persecución. La antropóloga Milka Castro indica que "leyendo el juicio se puede demostrar el derecho a territorio, porque la forma en que se les quitó fue brutal (…) ellos tenían una división del territorio de cuotas de caza y les fue despojado. Esa es una forma de sacar su cultura de cuajo" (Entrevista julio 2015).

Afectados por esta ocupación, los indígenas observaron la disminución de animales que eran relevantes para su dieta y la fabricación de herramientas, en especial de los guanacos. Ello quedó registrado en el fallo:

"Indígenas de Tierra del Fuego han vivido independientes en estado de barbarie; que no existía entre ellos el derecho de propiedad territorial y que en agrupaciones se establecían por tiempos más o menos cortos en parajes de su elección, alimentándose con los animales y, principalmente, con las ovejas que encontraban en su camino" (Sumario, 1895: fj: 376v-378v).

Frente a esta carencia comenzaron a cazar ovejas, siendo perseguidos por la ruptura de cercos y el hurto de animales. El socio de las estancias Gente Grande y Porvenir Rudolf Stubenrauch, señaló en el juicio:

"Conseguí que el Señor Stirling, Obispo Anglicano de las islas Malvinas, me acompañara a la estancia Gente Grande y hablara a los indios acerca de la convivencia de aceptar la civilización y respetar la propiedad de la gente blanca" (Sumario, 1895: fj. 178-181v).

La acumulación de territorios, animales y máquinas instaló una estrategia zoo-política que eliminó toda forma de vida que obstruyera el flujo de producción impuesto (Bascopé, 2008). En esta estrategia se inscriben las capturas y matanzas descritas en el litigio:



"Jamás he dado órdenes para tomar o aprehender indios inofensivos que se encontraran fuera de los cercados de la estancia y con el propósito de enviarlos a la mencionada Isla Dawson y menos aún he autorizado expediciones con tal objeto, salvo que mediaran las circunstancias aludidas" (Moritz Braun, Sumario, 1895: fj. 168-174v).

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